Nuestra rutina de sueño

Igual que el abecedario permite a los niños leer o escribir, las rutinas de sueño son la clave para que los niños aprendan a dormir bien. Estas marcan el camino hacia el sueño cada noche. Son esenciales para que cuerpo y mente se relajen y así, los peques, consigan descansar toda la noche. Y nosotros con ellos.

10/30/2025

En esta entrada os cuento la rutina de sueño que seguimos con nuestros hijos para que duerman del tirón y nosotros con ellos 😊

Es una rutina sencilla basada en lo que recomiendan los expertos ­­­­—el neuropsicólogo Álvaro Bilbao tiene una entrada muy interesante sobre esto en su blog— y perfeccionada con nuestra experiencia personal.

Es cierto que maneras de hacer hay muchas y si funcionan bienvenidas sean, nuestra rutina es tan válida como cualquier otra. Si lo haces de manera diferente y funciona, ¡estupendo! Aquí te cuento lo que hacemos nosotros, por si te aporta alguna idea o estrategia que no has aplicado hasta el momento y no ves la luz.

¡Allá voy!

Nuestros hijos, salvo noche esporádica, duermen del tirón… ¿Ocurre porque son nuestros hijos o es por algo que nosotros, como padres, hemos aplicado? Pues un poco de cada. Y cómo mis hijos son míos y los tuyos son tuyos y esto no se puede cambiar, te cuento lo que hacemos por si te ayuda en esas noches locas y en vela que todos deseamos no tener.

En primer lugar, y para nosotros esencial, es que la rutina de sueño empieza antes de irse a dormir, si si…en la ducha. Nuestros hijos se duchan siempre sin excepción, sea tarde, haga frío o calor, incluso si no han salido de casa y ¿por qué? Porque la ducha aparte de mantenerlos limpitos como a los adultos, los relaja —como a algunos adultos—. Y a través de esto su cerebro recibe un mensaje muy importante: Vamos a ir bajando revoluciones porque en una horita estamos en la cama.

Tras esta ducha tibia y relajante, ponemos cremita y el pijama. En este momento y hasta que está la cena intentamos hacer alguna actividad o juego tranquilo como por ejemplo un puzle, aunque, es cierto, que no siempre lo conseguimos. Es el momento favorito de los hermanos para corretear juntos por la casa y, sinceramente, a veces, les dejamos.

Con el “¡ya está la cena!” de papá, ponen la mesa y a cenar. Después de un rato moviendo la sopa, negociando con el kétchup o comiéndonos una patata y una de carne en bucle, acabamos la cena, nos lavamos los dientes, hacemos pipí y vamos a la habitación.

El pequeño coge su bibe y los dos juntos se sientan en el sillón a leer un libro que escogen por turnos cada noche. Leemos tranquilos, en voz bajita, viendo los dibujos y señalando con el dedo lo que más nos llaman la atención. Con el cuento acabado, nos metemos en la cama y a partir de aquí, depende de a quien le toque el turno, la estrategia varia un poco: mamá canta una canción y papi hace ruiditos, el típico “shhhh”, mientras ellos van cerrando los ojitos.

Y así a dormir toda la noche…

Como veis no es nada raro ni especial, lo importante es que sea todas las noches lo mismo, los mismos pasos, la misma rutina. A los niños les ayuda muchísimo saber que va a pasar a continuación, ayuda a su cerebro a aprender y les da tranquilidad. Esto toma especial importancia por la noche, antes de dormir, para que estén tranquilos y nada les altere en exceso. Así su cuerpo y su mente van relajándose con cada paso que dan.

Esta es nuestra rutina, pero cada familia debe ir encontrando la suya, adaptándola a las características familiares, los horarios o las circunstancias de cada hogar. Y así poder encontrar poco a poco que pasos son los mejores para que el peque consiga dormir bien.

En resumen, la clave se basa en realizar siempre los mismos pasos, para que poco a poco el peque se anticipe a lo que toca en cada momento, así como evitar los focos de estrés durante estos instantes previos al momento de dormir.

¿Te animas a ponerlo en práctica? ¡A por ello!