Tengo miedo

Como reflexionaba la cantante Conchita en su canción: a veces me pregunto si ha sido buena idea traerte a este mundo de locos.

Tengo tantas dudas, tantos miedos, que a veces me cuesta respirar.

Me da miedo que te hagan daño, daño de verdad, no como cuando te caes en el parque. Un daño de esos que te marca para siempre y añade una piedra a esa mochila imaginaria que todos llevamos a cuestas.

Me da miedo que alguien rompa tu corazón, porque yo decidí exponerlo al mundo. Me aterra pensar que eso te destruya y que no te puedas recomponer.

Me da miedo que te cueste respirar y sientas que te ahogas, porque te lancé de golpe a esta piscina que es que la vida, así, sin saber nadar y sin flotador.

Tengo miedo de que lo que deseas y esperas en la vida nunca llegue, de que tus deseos y expectativas no se cumplan, porque fui yo quien ha elegido enfrentarte a situaciones inevitables, incomodas y dolorosas.

No sé si acerté poniendo mis deseos de ser mamá por encima de los tuyos porque tú no elegiste venir, ni quedarte. Por eso me da miedo que un día la vida te venza, te supere y no quieras seguir.

Tengo miedo de que te canses de mí, porque te traje a este mundo, y ahora, pequeñajo aún, te obligo a estar conmigo todos los días y a todas horas.

Me invaden las dudas cuando pienso en las consecuencias de haberte traído a este mundo que es a veces, tan duro, tan cruel y cuando escucho las noticias que solo hablan de muerte y dolor, cuando familias normales y corrientes, como la nuestra, de repente un día se ven obligadas a abandonar su hogar y salir huyendo, a dejar su vida sin mirar atrás.

A este mundo lleno de mentira, donde cuesta tanto encontrar la sinceridad y el amor. Donde para descubrir lo extraordinario, lo fantástico, lo que vale la pena mirar y vivir hay que buscarlo hasta el desfallecimiento. Como en esos juegos de “Buscar el tesoro” protagonistas de convivencias y campamentos, pero que aquí, en la vida, se tiene que jugar sin mapa ni brújula que te ayude a encontrar el camino.

Tengo miedo de que sufras, porque los golpes que te da la vida no son a cámara lenta como en los dibujos, donde el protagonista los esquiva fácilmente y con cierta gracia, aquí te vienen de repente sin que estés preparado, sin que lo esperes.

Me da tanto miedo…pero entonces,cuando estoy a punto de paralizarme, respiro y pienso.

¿Cómo iba yo a privarte de todo lo maravilloso que tiene la vida, aunque a veces cueste tanto de ver? ¿Como iba a dejar que no disfrutaras de esos momentos de risas y juegos con tu hermano? ¿Cómo iba a robarle a tu padre tus besos y tus abrazos? No, no podía hacerlo.

No puedo impedir que conozcas a tu primer amor, que nunca se olvida. Ni tampoco despojarte del gran amor de tu vida, que rara vez coincide con el primero. No puedo arrebatarte la sensación de tocar el mar por primera vez, de probar el chocolate o de tirarse de bomba en la piscina.

La vida es dura y a veces, seamos sinceros, cuesta vivirla. Pero si te fijas, si pones suficiente atención también tiene cosas increíbles…nunca dejes de intentar descubrirlas. Vive siempre tu vida en primera fila.

Sí, he hecho bien trayéndote a este mundo, porque vives.

Porque sonríes cuando vemos a tus amigos por la calle, porque me hablas sin parar cuando sales del cole, porque te ríes a carcajadas viendo tus dibus favoritos, porque te emociona aprender algo nuevo y porque te sorprendes con cada regalo inesperado.

Se que he hecho bien trayéndote a este mundo porque te brillan los ojos cada vez que me ves cuando te recojo del cole, porque me buscas con la mirada cuando te caes y te haces daño, porque me encanta cuando te acurrucas por las mañanas mientras desayunamos.

Pero, sobre todo, sé que he hecho bien trayéndote aquí, porque seguro que contigo, este mundo, será un poco menos, un mundo de locos.